El viernes 12 de octubre, en una de las visita rutinarias al vertedero de Pinto, y cuando las gaviotas aun no se habían posado, nos dispusimos a mirar un bando de Cigüeñas blancas que descansaban junto a un profundo charco, resto de unas tormentas de hace unas semanas.
La sorpresa fue que entre las cigüeñas y dentro del agua, un ejemplar inmaduro de Espátula (Platalea leucorodia) se afanaba en buscar alimento rastreando al uso (en semicírculos) el fondo de la charca y, lo más sorprendente
... periódicamente levantaba la cabeza y engullía a saber qué cosa.
Fotos: Javier Marchamalo
Ni que decir
tiene que esta insólita aparición representa una nueva especie observada en los
vertederos madrileños.
Por lo demás, buena parte de las cigüeñas debían ser
foráneas y portaban anillas en una elevada proporción de origen alemán, holandés, belga, francés y español.
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